Carlos González arbitro guatemalteco fue elegido por el Comité de Árbitros FIFA para estar designado para el próximo Mundial de Futsal de Lituania 2021.
Concacaf será representada por seis Árbitros de la región: dos de Costa Rica, uno de Panamá, uno de Estados Unidos, uno de El Salvador y nuestro representante, González.
El árbitro guatemalteco es uno de los 38 elegidos, que estará presente en el referido Mundial, el que además será su tercera cita justa mundialista.
Tras conocer su nombramiento González expresó su gratitud a Dios y a las personas que han confiado en su trayectoria: “Se dice fácil, pero han sido 25 años. Aprovecharé esta oportunidad para mostrar mi capacidad. Mi sueño es también pitar la final, es el partido que he soñado, es la meta para la que he trabajado”, señaló.
Tailandia 2012 fue el primer Mundial. En esa ocasión impartió justicia hasta los cuartos de final; luego repitió en Colombia 2016, en el que llegó hasta las semifinales.
“En Colombia 2016 me quedé viendo la final desde las gradas del estadio, ya no fue como en el 2012″, dice el árbitro nacional. Por su perseverancia González se ha logrado mantener en el selecto grupo de árbitros mundialistas.
González ha alcanzado una gran madurez, conocimiento y experiencia en su carrera, que lo hacen pensar desde ya en el final de su trayectoria. “El retiro se acerca y debo aprovechar cada oportunidad que se me presenta, ya que puede ser la última. Han sido 25 años cosechando grandes logros, representando a Guatemala, y no ha sido fácil”, indicó.
“Vivimos en un mundo competitivo. Cuesta salir de un país como el nuestro en el que tenemos muy poca afluencia de árbitros de futsal. Competir con 31 compañeros y ser seleccionado para un mundial durante ya tres ocasiones es un gran logro “, agregó González.
El de Colombia 2016 lo vivió en tres ciudades distintas, y la experiencia de haber abordado de entre 12 y 15 vuelos durante un mes le dio una perspectiva distinta. “Lo viví más sereno, ya conocía a la gran mayoría de árbitros, llegué muy confiado”, comentó.
Durante sus inicios González practicaba básquetbol, pero a raíz de este nuevo camino su vida cambió hasta crear su propia academia de futbol.
Todo inició siguiendo los pasos de su padre. González cuenta que llegó a la cancha a ver pitar a su papá y que ese día faltó un árbitro; aceptó el reto y sacó el partido buscando un ingreso extra.
“Me dijo el encargado de árbitros: mirá patojo vení, animate, agarra el silbato”.
A la fecha lo que más disfruta Carlos es que el juego fluya y el espectáculo lo dé el jugador. Dice que no le gusta ser el mandamás. Para González lo más difícil es escuchar protestar a los aficionados por desconocimiento de las reglas de juego.
Espera que pronto en Guatemala se viva el futsal con mucha más pasión, así como lo ha experimentado en otros países del mundo.
